20 sept 2011

Primera aproximación

Después de leer el texto de Martin Mosebach y viendo el contexto en el que nos encontramos, parecía claro que el punto central de la vivienda debía ser el patio; el vacío marca los espacios diferentes en la ciudad (las calles, lo público), marca los espacios diferentes en las viviendas existentes (más regulares, más geométricos) y debía marcar el corazón de la casa del escritor.
Además de este elemento organizador, otra idea era tener presente el carácter laberíntico de la ciudad y la imposibilidad de ver los espacios lejanos más allá del punto en el que estamos. Por ello, casi todos los espacios de la casa no se ven desde otros, teniendo que llegar a ellos para descubrirlos.
Por tanto, se organiza la vivienda con un patio central, al que se adosa la biblioteca; tanto por la importancia de los libros en un proyecto de este tipo, como por el carácter público-privado dentro de la vivienda.
A ambos lados del patio se organiza el resto; por un lado, el acceso (comprimido, oscuro, quebrado; previo al vacío de luz del patio) y sobre él la zona propia del escritor, con su despacho y una zona de meditación, inspiración o incluso oración (en la orientación de la casa hacia La Meca, considerando que el escritor sea musulmán) de mayor privacidad. Esta parte de la vivienda se conecta directamente con la biblioteca. Hay además una pequeña sala de té.
Al otro lado, se desarrolla la vivienda propiamente dicha, con los usos comunes en planta baja, en un espacio más alto que el acceso, siguiendo las directrices de La Casa Épica. Sobre este espacio, se encuentra la planta con habitaciones para invitados, los cuales pueden acercarse directamente al despacho del propietario, en una interacción que puede resultar interesante para ambas partes.
Por último, en la última planta, la habitación del escritor, con una zona de terraza propia, y una zona de azotea.



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